Dicen que todo lo que experimentas desde niño te forma en la persona que serás de adulto, cada segundo vivido es una gota que va llenando tu personalidad, tu carácter, tus pensamientos, tus valores incluso influencian tus decisiones, todo lo que sucede a tu alrededor y como lo recibes conlleva a un solo propósito: DEFINIRTE. Es increíble como influye aún los momentos que ya no recuerdas pero que de algún modo u otro se transformó en una piedrita que construye tu YO, los maestros de tu infancia que ya no recuerdas, amigos que ya no son amigos, risas y lágrimas, cada cosa que nuestro cerebro percibe, toma el aprendizaje y desecha lo demás. ¡Qué bueno sería recordar todo!. Sin embargo hay momentos precisos que si podemos recordar, con tanta nitidez que podrías estar viéndolo como una película una y otra vez, ¿por qué? ¿qué los hace tan especiales o importantes que no permiten olvidarlos? Muchas personas podrían llamarlos traumas, pero va más allá de un mal episodio, también hay momentos